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Our own project

Why?

Tal y como explicamos en nuestra historia, PLAYING empieza de una manera muy familiar a nuestros 16 años y muchos pájaros en la cabeza. 

A nuestros inicios allá por 2012-13 organizábamos eventos deportivos y destinábamos lo recaudado a diferentes organizaciones sociales. 

Desde el primer torneo, hasta que nos centramos en la creación de un proyecto propio, destinamos fondos a un total de seis entidades tales como la Asociación Española Contra el Cáncer, Amics del Nepal, Por la Sonrisa de un Niño, Red  Internacional de Educación, Fundación ANAR o la Asociación Infantil Oncológica de la Comunidad de Madrid.

Tras varios años de colaboraciones externas, buscábamos ir más allá. Tanto en lo que aportábamos a los proyectos, como en lo que nos aportaban los proyectos a nosotros y por tanto, a nuestros participantes y colaboradores. 

Nos gusta comprometernos altamente en lo que nos implicamos buscando los niveles más altos de excelencia. 

Después de un gran aprendizaje con las colaboraciones anteriores, detectamos una serie de principios - detallados debajo - que debían compartir los proyectos en los que nos debíamos implicar.

Lo que desconocíamos es que tras analizarlos y observar las métricas de PLAYING, nos dimos cuenta de que la mejor solución era la mayor aventura: crear un proyecto propio.

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ALTA VINCULACIÓN

con una causa social necesaria que nos permitiera crear una relación a largo plazo entre los participantes y el fin social. 

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TANGIBILIDAD

Invertiríamos en proyectos tangibles, acotados en presupuesto, impacto y tiempo. Lo que nos permitiría evaluar los resultados una vez finalizados.

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GRAN IMPACTO SOCIAL

que permitiera maximizar los resultados y poder exprimir cada euro recaudado. Impactar en el mayor nº de vidas posible.

 

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VIABILIDAD

Serían proyectos que presentaran un plan claro de viabilidad para hacerlos realidad. Sabíamos que el mundo estaba lleno de necesidades pero debíamos filtrar.

 

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TRANSPARENCIA ECONÓMICA

que nos permitiera controlar de primera mano la gestión de los fondos a nosotros y a cualquier colaborador que quisiera.

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SOSTENIBILIDAD

Buscábamos una implicación con un enfoque autosostenible que permitiera maximizar la vida del proyecto reduciendo en cierto momento nuestra implicación.

 

Y sin darnos cuenta, esto pasó a ser nuestro ADN.

 

Un proyecto educativo

¿Por qué?

Como bien es sabido, la solución del problema actual es la base del problema siguiente. Una vez sabíamos que crearíamos un proyecto propio, un nuevo desafío se posó encima de la mesa.

¿Qué tipo de proyecto? Nos pusimos a pensar qué clase de necesidades, desigualdades o problemas se pueden resolver en el mundo. Esto, ya os avisamos, es muy peligroso para el estado de ánimo. Podemos hacer más de lo que creemos.

El caso es que entre las muchas y diferentes necesidades que estudiamos y analizamos allá por 2015, observamos que todo radicaba en la misma clave: la falta de acceso a una educación de calidad en el origen. 

La ausencia de esta, algo que puede parecer básico pero que afecta a 265 millones de niños en el mundo según datos de Naciones Unidas (2019), es la causa raíz de gran mayoría de las consecuencias negativas que observamos en nuestro estudio. 

Tras analizar la implicación en el desarrollo de un proyecto educativo y sus factores económicos y de viabilidad, observamos que podíamos llevarlo a cabo. Era factible.

Por ello, a finales de 2016 acordamos nuestra decisión de crear un proyecto educativo. Así, a secas. Sin tener ideas preconcebidas. Únicamente llegar, estudiar las necesidades, hablar con la población, escuchar y tomar juntos la siguiente decisión. 

 

Cuando afrontamos esta situación teníamos entre 17 y 20 años. Nos tocaba hablar menos y escuchar más para poder aprender y hacer realidad el mejor proyecto educativo posible.

 

Fue entonces cuando empezamos a contactar con los que hoy en día son los asesores de PLAYING. Expertos en educación y cooperación al desarrollo que nos guiarían en la aventura más desafiante de nuestras vidas. Y ya sabíamos que sería un proyecto educativo pero... ¿Dónde?

 

En Gambia

¿Por qué?

Sabíamos que sería un proyecto propio y educativo, necesario y viable, pero nos faltaba poner la chincheta en algún lugar del mapa mundi. ¿Dónde haríamos nuestro primer proyecto de cooperación internacional al desarrollo?

Tocó volver a la mesa de estudio. Estaba empezando el año 2016. Era la última temporada que destinaríamos los fondos a una causa externa y necesitábamos decidir el lugar del próximo proyecto para preparar las comunicaciones a los colaboradores y participantes. 

En primer lugar, identificamos las zonas geográficas con mayores necesidades educativas. Tras evaluar nuestras experiencias personales y la información disponible de las diferentes agencias, marcamos en el mapa Sudamérica, África y el Sudeste asiático. Tras analizar el contacto general decidimos focalizar nuestro proyecto en África.

 

Había dos motivos. Uno, que todos habíamos tenido más experiencias de cooperación internacional en este continente, por lo que nuestro conocimiento era mayor.

Además, que a nivel logístico el continente africano ofrece más ventajas frente a los dos restantes que elevaron su puntuación en el estudio de viabilidad.

De los 55 países que hay en África, con diferentes tipologías de necesidades a cubrir, teníamos que focalizar nuestra ayuda para crear este primer proyecto educativo. El proyecto piloto de todo lo que vendrá en el futuro. 

Realizamos un estudio de todo el continente abarcando variables de todo tipo: conflictos armados, índice de desarrollo especialmente focalizado en infancia y educación, presencia de terrorismo, epidemias, igualdad de género, visados, transporte, relaciones diplomáticas, idioma, etc.

Tras filtrar los países que más ayuda necesitaban en aquel momento y priorizar por condiciones favorables para el desarrollo del proyecto, el país óptimo fue Gambia. 

 

En Basori

¿Por qué?

Una vez fijado Gambia como país de acogida del primer proyecto educativo propio de la ONG del deporte, surgió el siguiente desafío: ¿en qué parte de Gambia?

De nuevo, nos tocó ponernos manos a la obra con la investigación y dividimos el proyecto en 4 fases desde su inicio en 2016 hasta su inauguración en 2018.

 

Desde finales de 2016 hasta verano de 2017 nos dedicamos a recopilar toda la información posible. Contactamos con un centenar de ONGs en Gambia dedicadas a infancia y educación para aprender sobre el contexto real local, los procesos y las ubicaciones más necesitadas.

 

Además, establecimos comunicaciones diplomáticas con los gobiernos de ambos países para conseguir una alianza estable que nos permitiera crear un sólido proyecto.

En verano de 2017, tras recopilar suficiente información, un equipo multidisciplinar de 11 jóvenes voluntarios nos embarcamos en una expedición a Gambia de 2 meses de duración para visitar proyectos educativos gubernamentales, de ONGs y de comunidades locales para aprender de ellos copiando los éxitos y evitando los errores.

El segundo objetivo de aquel viaje fue encontrar la ubicación y el tipo de proyecto que PLAYING desarrollaría en Gambia. Visitamos numerosas ubicaciones que fueron estudiadas en función de su necesidad y su viabilidad para determinar el tipo de proyecto y el lugar óptimo para iniciar las obras.

 

Gracias a las alianzas establecidas con la Comunidad, Basori fue la aldea seleccionada. Una comunidad de 3.500 habitantes donde el 50% es menor de de 18 años y menos del 30% tiene acceso a una educación infantil.

Antes de poner la primera piedra, tras seleccionar Basori, volvimos a España para planificar el desarrollo del proyecto y seguir recaudando fondos para que en el verano de 2018 se iniciara la nivelación del terreno y empezáramos a construir. ¡Se hacía realidad!

Nuestra misión

Nuestro método

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